lunes, 26 de septiembre de 2011

Jose Miguel Blanco Gavilan




Cronológicamente, es considerado el primer escultor chileno. Pertenece a la primera generación de escultores formados en la Academia de Bellas Artes. Es una de las figuras de mayor peso dentro del plano artístico de su época. Se dedicó a la escultura, a la crítica de arte y al periodismo, destacándose en todas esas actividades.

José Miguel Blanco nació en Santiago el 16 de diciembre de 1839 y murió el 4 de febrero de 1897, hijo de una modesta familia en la que el padre, carpintero de oficio, reconoció tempranamente las condiciones de su hijo.

Siendo aún un niño, realizaba dibujos y tallas en madera.

En su juventud, comenzó sus estudios artísticos en las clases vespertinas para obreros que realizaba don Juan Bianchi en el Instituto Nacional.

Más tarde, en 1859, se integró como aprendiz a un taller de santeros quiteños, en el cual aún se hacían imágenes de tipo colonial, donde se familiarizó con materiales como la madera y la preparación de colores.

Se inscribió en la primera generación de alumnos de escultura de la Academia de Bellas Artes, donde trabajó bajo la dirección del escultor francés Augusto Francois. Allí se destacó como el alumno más sobresaliente, logrando importantes distinciones en el Salón Oficial donde participó con sus primeras obras.

Luego de aventajar en los estudios y con sus obras a muchos de sus compañeros, obtuvo, en 1867, una beca para perfeccionarse en Europa.

Junto a Nicanor Plaza, forjó la base de una sólida tradición escultórica en el medio artístico nacional.

En París se incorporó al taller de Grabación de Medallas del escultor M. Farochon. Dos años después, en 1869, previo concurso, ingresó a la Escuela de Bellas Artes de París. Allí, José Miguel Blanco consiguió ser alumno del escultor Dumont en la Escuela de Bellas Artes de París, logrando que su obra fuera reconocida en el centro artístico más importante de su época, obteniendo la medalla de Primera Clase. Aparte de su aprendizaje propiamente escultórico, se dedicó al conocimiento de la numismática y del grabado de medallas. Terminó, con gran éxito, sus estudios en Roma y en Nápoles, donde obtuvo un gran reconocimiento.

En 1875, regresó a Chile, trayendo consigo obras originales, libros de arte, reproducciones en yeso y fotografías de obras extranjeras, las que hicieron de su taller un verdadero museo; es decir, un importante al arte en general.centro de información respecto

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